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Terapia para niños y adolescentes con acoso(bullying & ciberbullying)

Terapia para niños y adolescentes

Acoso (bullying & ciberbullying)

El acoso escolar o bullying está considerado como una conducta de maltrato y falta de respeto al niño/a que viola su derecho reconocido de gozar de un entorno escolar libre de violencia y de hostigamiento.

Esta acción NO es en absoluto casual, sino negativa e intencionada, y sitúa a sus víctimas en posiciones de las que difícilmente se pueden salir por sus propios medios.

La continuidad de estos ataques va a provocar con el tiempo una serie de efectos nocivos y duraderos a lo largo de la vida, si no se abordan; tales como disminución de la autoestima, estados de ansiedad, cuadros depresivos, estrés postraumático infantil e ideación suicida; dificultando la correcta integración y evolución a medio plazo de ese niño/a o adolescente en el medio escolar (Piñuel, 2007).

En ocasiones, el niño/a desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros, buscando mediante el “ensayo-error”, obtener un reconocimiento y atención que no llega nunca; y aprendiendo un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.

Además, el niño/a que acosa, desarrollará rápidamente un grupo tipo “gang” de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento de la víctima.

La violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente y se materializa de manera que se produce un mecanismo de regulación de grupos en crisis llamado “el mecanismo del chivo expiatorio” o del “todos contra uno”, dentro de unas dinámicas de poder, que ejercen NO únicamente violencia física, la cual es la menos dolorosa y traumática a la larga; sino el tipo de violencia más social y psicológica; que genera un efecto mucho más dañino en el tiempo.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que existe un diagnóstico erróneo en las escuelas que es revictimizador.

La ley del silencio en muchos centros escolares en relación al bullying se debe a la amenaza de que el centro escolar pueda perder prestigio, generando que la víctima y su familia se vean a menudo solos frente a una lucha que NO deberían cargar a sus espaldas, ya que son los centros quienes deberían de tener mecanismos y protocolos anti-bullying.

Muchos centros escolares usan la estrategia de la duda, usando razones como la exageración, la contradicción, o el desequilibrio psíquico del niño para justificar la situación de acoso.

El acoso NO es un problema de falta de resistencia o debilidad de las víctimas.

Es por ello, que algunos autores como Iñaki Piñuel sugieran que son criticables aquellos programas antiacoso que subrayan la necesidad de formar a los niños en asertividad y habilidades sociales, como forma de lidiar con el problema; ya que hasta alguien muy asertivo puede sufrir maltrato social procedente del acoso escolar.

Estos programas aclimatan al niño a un clima de violencia, donde se le enseña a protegerse y a soportar la violencia; pero no son estrategias que ayuden al centro escolar a ser un lugar seguro, libre de violencia; donde exista una NO tolerancia a conductas de hostigamiento.

La impunidad al acosador refuerza su perverso aprendizaje social, por lo que además refuerza la indefensión aprendida de la víctima; y además genera en el grupo que muchos terminen prefiriendo ser cómplices para que ese hostigamiento no les venga a ellos también.

Las señales que indican que tu hijo esta sufriendo un acoso son:

  • Lesiones inexplicables.
  • Pérdida o rotura de ropa, libros o dispositivos electrónicos.
  • Pérdida repentina de amigos o deseo de evitar situaciones sociales.
  • Aislamiento, soledad, ser muy solitario o preferir estar solo a estar en grupos.
  • Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima.
  • Señales de tristeza, animo depresivo, ansioso, falta de cuidado personal.
  • Ver en clase que nadie quiere hacer ningún trabajo con él/ella (rechazo social del grupo por linchamiento).
  • Comportamiento autodestructivo como escaparse del hogar, hablar de suicidio.
  • En los recreos podemos ver a ese niño/a en clase o alrededor de los pasillos solo, o en los cuartos de baño de manera habitual (suelen encontrar lugares donde poder refugiarse para evitar ser acosados)