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Terapia para adultos trastornos del sueño

Terapia para adultos

Transtornos del sueño

Los trastornos del sueño son afecciones que provocan cambios en la forma de dormir de una persona.

La incapacidad de dormir de manera adecuada puede llevar a esa persona a aumentar el riesgo de sufrir otros problemas de salud.

Algunos síntomas comunes son la somnolencia diurna excesiva, aumento del movimiento durante el sueño, respiración irregular, dificultad para conciliar el sueño, sueño irregular, entre otros.

Los tipos más comunes de trastorno de sueño son el insomnio (dificultad para conciliar el sueño), apnea del sueño (patrones anormales en la respiración mientras se duerme), síndrome de piernas inquietas (trastorno del movimiento del sueño con sensación incomoda y un impulso de mover las piernas cuando se intenta dormir) y la narcolepsia (somnolencia extrema durante el día y quedarse dormido de manera repetida durante el día sin control sobre el propio cuerpo).

Otros problemas del sueño son los terrores nocturnos, las pesadillas, el sonambulismo, los ronquidos, entre otros.

Los orígenes de estos trastornos son muy variados en origen y tratamiento.

Pueden aparecer como efecto de otras enfermedades como el insomnio que se asocia a la ansiedad o la hipersomnia que se asocian a la depresión grave.

Los problemas no tienen por qué ser psicológicos sino orgánicos y necesitan la valoración médica previa para descartar otras patologías y proceder a un tratamiento psicoterapéutico para que resulte eficaz.

Existe la unidad del sueño que puede valorar y desarrollar diagnósticos adecuados.

El objetivo del tratamiento psicológico está encaminado a brindar una alternativa que no genere ningún tipo de consecuencia secundaria, como es la dependencia derivada del tratamiento farmacológico.

Por ello, se pretende disminuir los componentes conductuales (hábitos inadecuados de sueño, horarios irregulares de sueño), cognitivos (expectativas poco realistas, preocupaciones y creencias inútiles) y psicofisiológicos (tensión física y mental e hiperactivacion) que mantienen el insomnio como ejemplo, mediante el control de estímulos, mindfulness, restricción del tiempo en cama, relajación muscular progresiva, restructuración cognitiva e higiene del sueño entre otras técnicas.