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Terapia para adultos con estrés

Terapia para adultos

Estrés

Es importante NO confundir la ansiedad con el estrés.

El estrés es una respuesta fisiológica que se desencadena en el cuerpo, cuando nuestro cerebro interpreta que “algo” en el entorno es peligroso o amenazante.

Si el cerebro percibe que la seguridad o el bienestar de la persona está en peligro, nuestro organismo utiliza todas las energías que puede para combatirlo lo que se llamaría la “función de alarma”.

Esta función de alarma lo que hace es originar una alteración en el equilibrio de nuestro organismo, adoptando un “estado de defensa” para reaccionar, luchar o huir de ese estimulo percibido como amenazante.

A su vez, el estrés provoca a nivel fisiológico un incremento en la presión arterial, metabolismo del cuerpo, fuerza muscular, actividad mental, coagulación de la sangre glucólisis muscular entre otros; y un descenso en el riego de órganos que no requieren actividad rápida.

El estrés por tanto pone a todo nuestro cuerpo en alerta y se prepara para una reacción física intensa que poco a poco desaparece y el cuerpo va volviendo a su equilibrio normal cuando el estímulo amenazante se elimina o se huye de él.

El problema viene cuando el cerebro interpreta como peligroso algo que NO lo es; lo que va a desencadenar las mismas reacciones fisiológicas como si el peligro fuera real.

Si esto se produce de manera prolongada y habitual, estos mecanismos de lucha o huida innatos no se pueden descargar y se acumulan; lo que puede ser muy peligroso, llevando a la persona a sufrir problemas físicos como subidas de tensión, ictus o infartos.

Estas reacciones de estrés se pueden originar como consecuencia de factores en nuestro entorno o ambiente, o desde nuestros propios pensamientos como la incertidumbre, exigencia al cambio, falta de información, indefensión, inexperiencia en el manejo de la situación o sensación de amenaza y peligro.

Podemos hablar de ansiedad como síntoma del estrés y ambos conceptos se relacionan enormemente.

Lo que más caracteriza al estrés es la presencia de los estresores y las demandas del medio; y en el caso de la ansiedad, el impacto emocional y los factores psicológicos.

Una persona puede sufrir estrés ante situaciones vitales de lo más variadas, que percibe como excesivas o en la que una persona no tiene los recursos necesarios para poder afrontarlas con eficacia.

En el caso de la ansiedad, ésta es una reacción, emocional, física y cognitiva de alerta ante una amenaza sea real o no, pero también es una respuesta emocional frente al estrés que continúa después de que un factor estresante haya desaparecido y que responde y crece a través de los pensamientos.

Como vemos, están muy relacionadas y existen muchos tratamientos eficaces a nivel psicoterapéutico y psicofarmacológico que abordan la sintomatología y profundizan en las causas para ser eliminadas y generar estrategias más adaptativas ante situaciones que desbordan a la persona.