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Terapia para adultos de adicciones

Terapia para adultos

Adicciones

Una adicción puede estar definida como el no control sobre lo que se hace, lo que se toma o lo que se usa hasta el punto de que puede dañar a la persona, tornándose en peligrosa para su salud y su calidad de vida.

Desde la psicología podemos decir que es una enfermedad crónica, severa y recurrente que afecta al cerebro de aquellos que la padecen.

La persona mediante esa conducta busca un alivio al dolor psicológico o al dolor físico.

Las adicciones se deben a múltiples factores tales como los factores biológicos y genéticos, ya que no todos reaccionamos igual a mismas sustancias tales como pueden ser la cafeína, tabaco, alcohol, drogas, etc, ni tampoco desarrollamos por igual las mismas respuestas físicas ante un mismo estimulo.

Por otra parte, existen factores psicológicos y emocionales, los cuales pueden ser elementos decisivos a la hora de predisponer a una persona a padecer una determinada adicción como puede ser alguien con depresión, baja autoestima o con estrés prolongado.

Otros factores importantes son los factores externos tales como la situación familiar, su entorno social y laboral entre otros.

Cuando hablamos de adicciones, no únicamente nos referimos a las adicciones a drogas, alcohol, tabaco o al juego, sino que existen otras adicciones con las que la persona convive que también pueden ser muy dañinas tales como la adicción al trabajo, a internet, a solventes o a las compras.

Existen síntomas comunes en las adicciones como son:

  • Deterioro de la calidad de vida de la persona: los aspectos fisiológicos, psicológicos y sociales del entorno se ven cada vez más deteriorados.
  • Deseos automáticos relacionados con la adicción: cuando el adicto se encuentra en un entorno relacionado con su adicción, instintivamente aparece la necesidad de satisfacerla.
  • Conducta obsesiva: tan pronto como se ha satisfecho la adicción, comienza de nuevo el ciclo de búsqueda y satisfacción.
  • Negación de la adicción como mecanismos de defensa: para proseguir con su adicción, el adicto debe disociarse de los efectos perjudiciales que esta produce, minimizando o no dando importancia a su estado.
  • Comportamiento autodestructivo: a pesar de los daños que genera la adicción a la persona que la padece, esta persiste.
  • Conducta de búsqueda: instintiva o cuasi inconscientemente, el adicto propicia entornos o situaciones en los que pueda satisfacer su adicción.
  • Pérdida del autocontrol: Implica que el adicto no puede evitar buscar satisfacer su adicción de manera constante; debido a ello, invierte excesivas energías y tiempo en satisfacer su adicción, descuidando otros aspectos relevantes de su vida cotidiana.
  • Memoria eufórica: las personas con adicciones procesan en su memoria los momentos de satisfacción, pero no los efectos perjudiciales. Esto quiere decir que recuerdan momentos placenteros, pero olvidan o minimizan los malos recuerdos asociados a su adicción.
  • Congelamiento emocional: el adicto tiene cada vez mayores dificultades para comprender y manejar sus sentimientos y emociones. Además, para mitigar esta dificultad se refugia aún más en su adicción, dando lugar a un círculo vicioso.

El tratamiento puede tener múltiples enfoques como la psicoterapia como pauta muy eficaz de tratamiento, el tratamiento psicológico grupal para que la persona se sienta acompañado/a en su proceso terapéutico, tratamiento farmacológico para controlar los síntomas y medidas psicoeducativas para prevenir las recaídas, generar una mayor asertividad en la persona y que tenga herramientas suficientes como ora evitar la conducta de riesgo y normalizar la situación psicosocial.